"MICHELANGELO E LA SISTINA, STORIA DI UN’OPERA D’ARTE" EN LOS ENCUENTROS UN CAFFè ILLY

A las 11:00 h. en el IIC de Madrid se ha podido ver el interesantísimo documental “Michelangelo e la Sistina, Storia di un’opera d’arte” de Piero Badaloni y Nino Criscenti, sobre la Capilla Sixtina y sus secretos, celebrando los 500 años de esta obra maestra de la Historia del Arte y de la Humanidad. Posteriormente, uno de sus realizadores, Piero Badaloni, ha estado desvelando ante la sala repleta de público en el encuentro matinal Un Caffè Illy, todos sus extraordinarios conocimientos sobre el tema.

Al comienzo del coloquio, Baladoni habló de la “revolución” que supuso Miguel Ángel “respecto a los pintores del Quattrocento”. Y también del “choque de fuertes caracteres entre Miguel Ángel y el Papa Julio II”.

Baladoni confiesa: “Estuve en la restauración de la Pietà de Miguel Ángel (cuando en 1972, hace 40 años, un loco, Laszlo Toth, la destrozó con 15 martillazos), y luego también he estado en la restauración en la Capilla Sixtina del Juicio Universal y de la Bóveda. He tenido la suerte de seguir ambos procesos de restauración, éste último junto con Nino Criscenti.”

Por tanto, en cuanto a lo polémica surgida en su día sobre esta restauración y la crítica a los “nuevos” colores, todo ello  bajo la mirada pública mundial, nos cuenta que “los japoneses fueron importantes económicamente. Pero sin la contribución de los artesanos para resolver ciertos puntos –como ayudaron los artesanos a Miguel Ángel- hubiera sido imposible. Están muy bien todos los aparatos de tecnología punta, usados por los japoneses e ingenieros, pero siempre había una mancha sobre algún fragmento de pintura que no conseguían quitar. ¿Y cómo eliminarlo? Al final lo consiguió el jefe del equipo de artesanos. ¿Qué se había inventado para quitar esa mancha? Él tomaba cinta transparente, celo, lo calentaba con las manos -a la vez que aplicaba una luz muy cerca, a 30-40 cms- y lo quitaba rápidamente. Haciéndolo muchísimas veces, consiguió quitar la pintura. Este hombre consiguió ganar a los técnicos japoneses.” Y añade sobre el arte de saber hacer de los italianos: “Algo queda de la sabiduría de Miguel Ángel”.

Tras la restauración de los problemas de polución y suciedad de la Capilla Sixtina, nos avisa de otro posible daño a evitar en el futuro: “En su día fueron las velas que estropeaban las pinturas. También en 1700 hubo un terremoto y dañó una de las paredes (aunque los restauradores han pensado dejarla así). Luego fue la polución y la suciedad. Cuando se ha quitado, han surgido esos colores originales. Ahora, la presencia cotidiana de público, aparte de la polución externa, también puede ser excesiva. Pensemos, por ejemplo, en la respiración. Cada media hora entran y salen decenas de personas. Se está buscando una solución para este problema. La Capilla Sixtina tiene una paradoja: por un lado, es uno de los lugares más visitados en el mundo, y por otro lado, también uno de los más secretos, como ocurre con la celebración del Cónclave.”

Piero Badaloni añade: “Es una de las pocas obras de la antigüedad que tiene una extraordinaria documentación, muy completa. Están las cartas de Miguel Ángel, sus dibujos, cómo nació iconográficamente, su diseño y también su contexto histórico. Habría sido interesante saber hacer un seguimiento de cómo unas cartas y otras, unos documentos y otros, acabaron repartidos por diversas partes del mundo, como ocurre con la cabeza de bronce de Julio II que no se fundió. Se está escribiendo una tesis afirmando que está en alguna parte de Rusia.”

Por último, el director afirma que “ha sido un milagro realizar este documental, sin beneficio alguno, lo importante era que se viera en RAI Historia, aunque luego en vez de a las 23:00 h, lo emitieron a las 0:00 h de la madrugada”. Así que agradece públicamente a Carmelo Di Gennaro el que haya podido exhibirse esta mañana en el 5º Festival de Cine Italiano de Madrid.