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HANGRY BUTTERFLIES
Maruska Albertazzi

Documental
75 min

2019

Italia

Color


HANGRY BUTTERFLIES

Festival Online

Domingo 29 nov 18:00
Entrada gratuita, disfruta de la proyección desde tu casa. Proyecciones online disponibles sólo desde España
Proyección finalizada

Tras el hashtag #larinascitadellefarfalle hay una comunidad de miles de chicas, a menudo muy jóvenes, que gracias a su fuerza se vuelven cada día más conscientes y unidas. Un grupo de guerreras que, a través de sus perfiles sociales han conseguido crear una verdadera red física, real a la que acogerse en los momentos más difíciles.

Hangry Butterflies narra el primer encuentro en persona de un grupo de estas chicas: tienen entre 14 y 22 años y se están curando de la disfunción de comportamiento alimenticio. Historias que se enlazan, que se tocan, que se deslizan una dentro de otra como en un juego de cajas chinas.

Porque estas chicas son una la sponsor de otra.

Son más de 3 millones en Italia las personas que conviven con disfunciones del comportamiento alimenticio. De éstas, 2,3 millones son adolescentes. “Hangry” es un neologismo que nace uniendo “hungry”- hambriento- y “angry” – enfadado- y describe esa sensación de nerviosismo, rabia e inquietud que nos invade cuando estamos hambrientos y no podemos comer. Millones de mujeres, en este momento están “hangry” y no porque no tengan acceso a la comida. Porque se lo niegan.

NOTAS DE DIRECCIÓN

Hangry Butterflies es la historia de un grupo de chicas que sufren disfunciones alimenticias que se ven por primera vez. Es la historia de estas chicas, tomadas individualmente y es la historia de su relación con la comida. Es la historia de su perfil alimenticio y es también mi historia. Y, al final, sólo al final, es un documental sobre las disfunciones del comportamiento alimenticio.

Cuando decidí narrar todas estar historias, lo hice principalmente por tres motivos.

El primero es que estas historias me han llegado solas, sin que yo las buscase y lo han hecho con una potencia tal que no me daban otra opción que escucharlas y contarlas.

La historia de la comunidad Instagram #larinascitadellefarfalle es una hermosa historia, una historia de amistad, de adolescencia, de rescate, de esperanza. Una historia individual y universal al mismo tiempo. El segundo motivo es que, de todos los documentales que he visto sobre la anorexia y la bulimia, no he encontrado ninguno que no me dejase con mal sabor de boca, con un sentimiento de derrota, de dolor, de muerte. Me pregunté: ¿se puede hacer una narración de esperanza, de fuerza, de belleza sobre temas como este? ¿Una narración que pueda llevarse a las escuelas, a los círculos deportivos, a los hospitales y que pueda informar pero también dar esperanza? ¿Una narración que deje a quien la ve con una sonrisa? El tercer motivo tiene que ver con el componente estético de las obras sobre el tema. Me ha dejado siempre sorprendida la estetización de la anorexia en muchas obras o, al contrario, la elección de enfatizar la fealdad, en una óptica casi pornográfica y poco adecuada para los adolescentes. Una óptica que tiende a objetivizar y alejar, a hacer decir a quien mira: yo no soy esa cosa.

Con Hangry Butterflies he elegido narrar la cura en vez de la enfermedad, el grupo en vez del individuo, la comida en vez de su ausencia. He elegido intercalar más registros para desarrollar más narraciones paralelas, que a veces se acercan y a veces se cierran una de dentro de la otra, en un juego de cajas chinas.

La narración del día en el encuentro de Florencia está realizado en puro estilo reportaje, con la cámara al hombro que sigue los movimientos de las chicas sin invadirlas en la práctica, casi anulando su presencia mas que en el momento del “círculo” en el que las proprias chicas se narran claramente ante la tele cámara.

Las entrevistas individuales, en cambio, han sido realizadas con un estilo clásico, estático y luces bien cuidadas, con una dominación del rosa-lila que es el color de la lucha contra las disfunciones del comportamiento alimenticio.

En el centro de la narración, la única historia de una chica del grupo aún ingresada, que no puede estar presente en el encuentro. Su historia es la única que se diferencia de las otras porque su diálogo no tiene lugar en Florencia con las otras chicas sino con un chef que va a verla al hospital y que cocina para ella. El elemento que se emplea también en esta historia y que hace de nexo de unión con todas las otras, es precisamente la comida, coprotagonista de la narración. La comida enfocada en el zenit como en un programa de cocina, con los colores chillones de los filtros Instagram, para recordar las fotos de la redes sociales pero también para establecer una relación directa con cada una de las chicas, para representar el momento del recorrido.

Por último, la presencia de Giulia Anania, cantante y cantautora, cuyas canciones llenan la película. Decidí ampliar su papel convirtiéndola en una especie de bardo, un elfo que camina por las calles de Roma cantando serenatas que, se entenderá al final, están dedicadas a este grupo de que también ella forma parte. Giulia se recupera sola con un smartphone, mezclando y contaminando posteriormente y añadiendo un último registro a la narración.

Como en una frase llena de coordinadas y subordinadas pero con una puntuación correcta, Hangry Butterflies ha sido pensada y realizada para narrar, informar y prevenir pero sobre todo para emocionar y no aburrir a un público no sólo de adolescentes sino de todas las edades, cronológicas y de espíritu.

 

FESTIVALES Y PREMIOS

• Griffoni Film Festival – Fuori concorso

FICHA TECNICA

  • REPARTO

    Giulia Anania, Prof. Lucio Rinaldi, Prof. Silvia Della Casa

  • GUIÓN

    Maruska Albertazzi

  • FOTOGRAFÍA

    Francesco Andreoli

  • MONTAJE

    Pietro Morana

  • MÚSICA

    Giulia Ananìa e Marta Venturini

  • PRODUCTOR

    Emanuele Cadeddu

  • PRODUCCIÓN

    Blindspot Studios con Rai Cinema

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